Es habitual cuando hablamos sobre Yôga, que la gente pregunte para qué sirve o cuáles son sus beneficios. A lo que los instructores de SwáSthya solemos responder que lo importante es practicar por placer, por gusto, por vocación.
Como dice DeRose en su libro Yôga Avanzado: "Por qué el Yôga debería proporcionarnos algún beneficio?...
Si una persona fuera invitada a practicar tenis, karate, natación o danza, preguntaría para qué sirve cada una de esas disciplinas?."
Claro está que los beneficios existen, pero estos son apenas una consecuencia colateral de la práctica. Se producen como resultado natural de estar ejercitándonos de una manera inteligente.
Para alcanzar la meta del Yôga son necesarios muchos años de práctica y mucha energía. Cualquiera puede llegar al samádhi con dedicación y disciplina en la práctica.
Los ocho tipos de técnicas (corporales, respiratorias, de limpieza interna del organismo, de concentración y meditación, etc.) utilizadas en la práctica completa del SwáSthya, durante la primera etapa del Método tienen el objetivo de preparar al practicante para las fases más avanzadas. El resultado de esa preparación es el refuerzo de la estructura biológica, es el incremento inmediato de la vitalidad. Esto es percibido rápidamente por los practicantes generando un bienestar muy particular.
El samádhi, al igual que todos los estados de conciencia proporcionados por la práctica de SwáSthya no tienen nada que ver con misticismo ni espiritualismo.
El Yôga Antiguo es de línea Sámkhya, filosofía especulativa naturalista. Es decir que atribuye causas naturales a todos los fenómenos. Yôga y Sámkhya poseen afinidad de origen, el propio Bhagavad Gitá, libro que forma parte de los Vêdas, declara: "Yôga es poder. Sámkhya es conocimiento. Quien posee Yôga y Sámkhya nada más tiene por conquistar." Además, Yôga y Sámkhya juntos son denominados de sanátanê dwê, que significa "las dos más antiguas" o "las dos eternas".
El SwáSthya no es sólo la práctica de ciertas técnicas, es un sistema cultural, es un estilo de vida que nos propone superarnos diariamente en todo lo que hacemos y ser cada vez más concientes. Esta conciencia es la que nos permite ser realmente libres y elegir cada cosa que hacemos.
Inst. Silvina Tenenbaum
Supervisada por DeRose
Directora de la Sede San Isidro

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