Comúnmente se relaciona el Yôga con calma, paz y tranquilidad, pero si nos remitimos a los textos antiguos descubriremos que es exactamente lo opuesto. En ellos el Yôga estuvo siempre asociado a Fuerza, Poder y Energía.
En los últimos años el Yôga Antiguo ha sido adoptado por personas que diariamente se enfrentan a altas exigencias y desean un entrenamiento inteligente que contribuya a mejorar su calidad de vida y el rendimiento en sus actividades. La mayoría son personas jóvenes, dinámicas y de buena actitud ante la vida.
El Yôga Antiguo, Preclásico, de donde surgieron todos los demás (108 ramas y más de 400 modalidades) fue rescatado y sistematizado por el Maestro DeRose, en la década del 60. Es un Yôga Fuerte y Dinámico.
Dada sus raíces de características Naturalistas, Matriarcales, Sensoriales y Desrepresoras es extremadamente Técnico y no contiene misticismo. Además contribuye a la desrepresión, respeta y valoriza el cuerpo, la belleza, la salud y el placer.
Algunas de las características principales de este Yôga son:
- La práctica extremadamente completa, integrada por ocho modalidades de técnicas.
- La codificación de las reglas generales de ejecución, que proporcionan autosuficiencia al practicante.
-El rescate del concepto arcaico de secuencias encadenas sin repetición, mediante el cual se enlazan las técnicas de manera armoniosa, brotando unas de las otras.
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