LA PRÁCTICA
Hay dos de las ocho características principales del SwáSthya muy importantes para tener en cuenta al practicar ásana.
REGLAS GENERALES DE EJECUCIÓN
Estas reglas constituyen el fundamento de la autosuficiencia (swásthya).
Existen ocho reglas con sus subdivisiones pero en un principio será suficiente con las que siguen continuación.
Reglas de respìración
Primera regla de respiración: los movimientos hacia arriba se hacen con inspiración; hacia abajo, con exhalación.
Las otras reglas son:
Las flexiones hacia el frente y hacia los lados se hacen con exhalación; hacia atrás, con inspiración, excepto las de pie.
Al retorcer una esponja mojada, el agua sale: al torcer el tórax, que es una esponja de aire, el aire sale.
Los ásanas en decúbito frontal se hacen con inspiración.
Las posiciones musculares se hacen con los pulmones llenos.
Los ásanas de larga permanencia, o en los que el tronco esté erguido, tienen respiración normal.
En caso de duda o de malestar, practique todos los ásanas con los pulmones vacíos.
Regla de permanencia para iniciantes con hasta cinco años de práctica: respiración retenida. Mientras puedas retener la respiración (ya sea con o sin aire, dependiendo del ásana), permanecé. Necesitando respirar, deshacé.
La regla básica de repetición es: permanencia máxima, repetición mínima.
Reglas de actitud mental:
A. LOCALIZACIÓN DE CONCIENCIA: durante la ejecución de un ásana, localizá la conciencia en la región más solicitada por el ejercicio. Así se dirigirá hacia allí un chorro de energía vital (prána). Ella eleva la temperatura de esa región y estimula la hiperemia, contribuyendo notablemente, entre otras cosas, a la regeneración de los tejidos, la vitalización de órganos y músculos y aumento de la flexibilidad.
B. MENTALIZACIÓN consiste en aplicar imágenes, colores y/o sonidos en la región donde se localiza la conciencia.
En un inicio será suficiente con aplicar la localización de conciencia.
SECUENCIAS COREOGRÁFICAS
Las coreografías se remontan al Yôga primitivo, al tiempo en que el hombre no tenía religiones institucionalizadas y adoraba al sol. El último rudimento de esa manera primitiva de ejecución es la más ancestral práctica del Yôga, el súrya namaskára: coreografía de 12 ásanas conectados por movimientos de ligazón.
Las técnicas antiguas, libres de las limitaciones impuestas por la repetición, se ligaban entre sí por encadenamientos espontáneos.
La no repetición, los pasajes y las coreografías son consecuencia unos de otros, reciprocamente, y son parte de esta característica del SwáSthya.
Al practicar dale importancia no sólo al ásana, sino también al pasaje entre uno y el otro, manteniendo la conciencia en cada movimiento que realizás, tratando que estos sean fluidos y lentos.
Luego de realizar todos los ásanas acostate boca arriba en una posición bien cómoda y permanece unos instantes allí descansando.
Instr. Silvina Tenenbaum
Supervisada por DeRose
Directora de la Sede San Isidro
Fuente: libro Yôga Avanzado (Swásthya Yôga Shástra), DeRose.
jueves, 15 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario